No hay muerto malo

Abstract

Eduardo es un jubilado poco sociable, molestado constantemente por Roberto: su insoportable vecino de enfrente, quien además tiene a Jesús, un perro que se defeca diariamente en su patio. Un día Eduardo no aguanta más y decide encarar a su vecino, sin embargo, las cosas salen mal: Roberto no estaba en su casa y, sin querer, termina provocando el atropello de Jesús. Eduardo, desconcertado por el accidente, no halla nada mejor que ocultar el cuerpo del perro dentro de su casa. Con el pasar de los días, la idea de de que Roberto se entere de lo ocurrido, comienza a agobiarlo cada vez más. Todo empeora cuando Eliana, su tímida vecina de al lado, lo descubre y en vez de acusarlo, lo chantajea y obliga a fingir ser su pareja frente a la gente del barrio. Cuando Eduardo ya no soporta más, toma el cuerpo de Jesús y sale exaltado a la calle con la intención de entregárselo a Roberto, pero un auto pasa y lo atropella. Al verlo muerto con el perro en sus brazos, los vecinos que antes lo despreciaban, ahora lo llaman héroe.