lo largo de mi incipiente carrera como creadora de imágenes, la premisa del ser humano como constructo me ha llevado a la necesidad de crear. No fue fácil darme cuenta de ello a lo largo del camino, pero llegados a este punto en que mi acometido es obtener el título de escultor, observar el camino recorrido con una mirada un poco más madura, se ofrece como una enriquecedora catarsis que podría llegar a explicar cada uno de los pasos que fui siguiendo.
Una vez identificada esta premisa, se instaló una nueva inquietud aún más profunda que también tardó años en develarse, por lo que el presente escrito es la trascripción de esta travesía; una memoria que comprende mi historia académica hasta la actualidad en la que las interrogantes que me han ocupado, se han profundizado cada vez más, hasta llegar a preguntarme a mí misma y al mundo ¿Qué es el alma?, para desde una tentativa idea de ello, hacerme cargo de una nueva perspectiva sobre la discursiva que por años fui desarrollando, y al día de hoy proponer un nuevo conjunto escultórico.