Segmentación por beneficios buscados de los turistas que visitan la isla de Ometepe, Nicaragua
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Barra Villalón, Cristóbal Bernardo
Author
dc.contributor.author
Mejia, Tania
Admission date
dc.date.accessioned
2017-05-23T16:52:10Z
Available date
dc.date.available
2017-05-23T16:52:10Z
Publication date
dc.date.issued
2016-09
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/144067
General note
dc.description
TESIS PARA OPTAR AL GRADO DE MAGÍSTER EN MARKETING
es_ES
Abstract
dc.description.abstract
Nicaragua recientemente se ha convertido en un destino emergente que ha captado la
atención de diversos medios turísticos especializados, dejando atrás la imagen poco
favorecedora que tuvo el país durante los conflictos internos de los años ochenta
transformándose en el paraíso escondido que muchos quieren explorar. Uno de los destinos
más atractivos del país es la isla de Ometepe, ubicada en el lago Cocibolca, apodado por los
conquistadores españoles como "la mar dulce" por su gran extensión.
Ometepe cuenta con paisajes excepcionales y una interesante historia, además de un
tranquilo modo de vida rural que la convierten en un verdadero "Oasis de Paz". Cuenta la
leyenda, que tribus de origen Náhuatl y Olmeca emigraron hacia el sur buscando la "Tierra
Prometida", una isla formada por dos volcanes, y fue en Nicaragua donde la encontraron y la
nombraron Ome Tepetl, cuya traducción al español significa "dos cerros’‘ o "lugar entre dos
cerros". Desde entonces, los primeros habitantes de la isla, quienes llegaron aproximadamente
en el 1500 a.C.1, lo consideraron un sitio sagrado.
Ometepe tiene la forma de un ocho y con una superficie de 277,17 Km² es una de las mayores
islas lacustres del mundo. Sus dos volcanes, el Concepción y el Maderas, uno en cada extremo
de la isla, se encuentran unidos por el istmo Istián. El volcán Concepción, de 1610 metros de
altura, posee uno de los conos más perfectos de Centroamérica. Su nombre ha cambiado a
través del tiempo; las primeras etnias lo denominaron Choncoteciguatepe, “hermano de la
luna”, mientras que los Chorotegas y Nicaraguas lo nombraron Mestliltepe, “Cerro que
menstrúa”. El volcán Maderas tiene una elevación de 1.394 metros y se considera un volcán
inactivo ya que su última erupción fue hace más de 800 años, lo que permitió la formación de
una laguna en su antiguo cráter. Los indígenas le llamaban Coatlán, que en lengua náhuatl
significa “Lugar del Sol”.