Abstract | dc.description.abstract | En África, mueren cuatro niños por minuto a causa de la diarrea y la deshidratación.
Ambos males son considerados enfermedades menores en países industrializados,
donde se curan rápidamente con sales minerales y otros medicamentos de fácil
acceso. Un quinto de los niños en países sub-desarrollados muere antes de los cinco
años por estas mismas razones.
En mayo de 1988, el inglés Simon Berry trabajaba en un programa de ayuda
humanitaria en Zambia, África. Incluso en pequeños poblados donde se evidenciaba la
falta de medicamentos básicos para atender a sus habitantes, Simon podía obtener
una Coca-Cola sin ningún problema. Allí tuvo la idea de aprovechar la inmensa y
eficientísima red de distribución de la bebida para abastecer de sales re-hidratantes los
poblados rurales de los países más pobres del planeta.
Diez años más tarde, en mayo de 2008, el programa radial “iPM” de la cadena británica
BBC le dedicó un episodio completo a ColaLife, la iniciativa que Simon llevaba
exponiendo por años sin obtener mayores avances ni resultados. Desde entonces, no
solo se comenzaron a contar por miles los inscritos en las diferentes plataformas
virtuales de la campaña, sino que Berry recibió la primera misiva escrita por parte de
Coca-Cola donde la multinacional se mostraba dispuesta a hablar y conocer el
proyecto más en detalle.
Recientemente, Simon Berry viajó a Daar es Salaam, Tanzania, invitado por Coca-
Cola, para investigar junto con ellos las redes de distribución de la bebida más famosa
del mundo en esa parte del planeta. En Abril de 2009, el blog de ColaLife participó
como uno de los 50 invitados en la reunión del G20 en Londres, donde los Ministros de
Hacienda y los Presidentes de los Bancos Centrales, representantes tanto de
economías industrializadas como de países en vías de desarrollo, debatieron sobre
crecimiento económico y desarrollo sustentable. El creador de la iniciativa dice que la ayuda y la cobertura que le ha brindado la BBC
han sido fundamentales. Si bien Berry ha utilizado exitosamente los múltiples canales
que existen hoy gracias a Internet, el apoyo y el tratamiento del caso realizado por la
cadena británica, ha sido imprescindible. Fue el periodista de “iPM” Rupert Allman,
quién contactó para el espacio radial al encargado mundial de Coca-Cola para las
relaciones con los stakeholders1, Salvatore Gabola, obligando a la multinacional a
mostrar su posición respecto de la propuesta. Menos de un año después de ese hecho,
Berry volvía de Tanzania con la voluntad de la empresa comprometida y con una
posible alianza con la ONG Population Services International (PSI) para implementar
un proyecto piloto de la iniciativa en ese país.
La primera vez en todo el mundo que la historia de Colalife fue publicada en papel, fue
en la edición dominical de El Mercurio, el 31 de agosto de 2008. Aunque Chile y
Latinoamérica no son el escenario desde donde se impulsa este proyecto, los
organizadores del mismo destacan enormemente la publicación de la noticia en el
periódico chileno. Coca-Cola es una de las grandes empresas transnacionales del
globo. Reconocida hasta en las localidades más apartadas del planeta, puede ser
interpelada desde cualquier lugar. Si bien el rol de los medios digitales y las
plataformas participativas virtuales es de gran importancia, el enorme poder e
influencia que siguen manteniendo los medios tradicionales y las grandes
contribuciones que pueden hacer los mismos para que iniciativas como esta se
materialicen, no pueden dejarlos indiferentes. La marca es probablemente el mayor activo que posee Coca-Cola. De materializarse esta iniciativa, su reputación sin duda se incrementaría elevando aún más el valor de la misma. Lo anterior puede poner a los medios de comunicación en un dilema ético no menor a la hora de decidir si publican o no este tipo de informaciones. Si bien dicho cuestionamiento resulta un ejercicio imprescindible por parte de editores y periodistas, ello no puede alejarlos de los grandes objetivos que se propone hoy la humanidad,
como el desarrollo sustentable y el respeto por los derechos fundamentales de todos
los seres humanos. | es_ES |