El triunfo y la derrota de un caballo de carrera
Professor Advisor
Abstract
Para que la hípica opere como un espectáculo y constituya una industria, se necesitan dos condiciones fundamentales: la infraestructura adecuada y el capital humano. La primera categoría incluye elementos básicos, como la disponibilidad del recinto mismo (el hipódromo y su cancha de carreras), el sistema computacional requerido para las apuestas, o el departamento de televisión de cada reducto, que transmite las carreras a todo el país. En tanto, el capital humano lo integran las distintas personas que cumplen un rol particular dentro del rubro. Es el caso de los preparadores, cuidadores, criadores y jinetes, sólo por mencionar a los estamentos más importantes.
El trabajo de la infraestructura y el capital humano se centra y converge en el caballo. Por lo mismo, se le reconoce como el gran protagonista de la actividad, e imprescindible para su realización. En última instancia, la sustancia misma de la hípica es que corran los ejemplares. Así de simple y directo. Aceptar al equino como intérprete principal no implica relegar a un segundo plano a los otros actores involucrados. Ellos también son relevantes, pero siempre y cuando su rol se vincule con el animal. Por ejemplo, un jinete no podría ser una figura pública si se le baja del competidor. Su éxito o fracaso se relaciona directamente con este hecho. Lo mismo ocurre con los preparadores, criadores, u otros de los grupos pertenecientes a este mundo. En definitiva, ninguno puede brindar un show por si mismo. Ésa es la idea a enfatizar.
General note
Tesis para optar al título de periodista
Identifier
URI: https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/145857
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