La polarización del empleo se ha definido como el crecimiento del empleo en los extremos de la distribución de habilidades e ingresos, acompañada de la disminución de las ocupaciones del centro. Este fenómeno se ha presentado en países desarrollados a partir de la década de 1980 y 1990. El principal mecanismo para explicar esto es el cambio tecnológico sesgado hacia trabajadores de alta habilidad y que sustituye tareas rutinarias. La incorporación de tecnología demanda ocupaciones que requieren habilidades analíticas y resolución de problemas. En cambio, aquéllas que son rutinarias, tanto manuales como de interacción, son reemplazadas por tecnología.
En Chile durante la década de 1980 se presenta un incremento de aquellas ocupaciones que requieren habilidades analíticas y de interacción humana no rutinarias. Desde 1990 en adelante se caracteriza por la disminución de las actividades rutinarias manuales y el aumento general de las no rutinarias. Estos cambios han sido acompañados por alzas en los salarios, principalmente en las ocupaciones no rutinarias de análisis e interacción. Sumado a esto, a través de un índice de cambios de la demanda, es posible observar incremento en las ocupaciones no rutinarias de análisis e interacción humana.
Asimismo, es posible constatar cambios en la composición del empleo. Los principales son el aumento de la participación de ocupados con educación superior y el ingreso de las mujeres al mercado laboral. Con respecto al primero, el incremento es principalmente en las ocupaciones no rutinarias de análisis e interacción. El aumento de la participación femenina se observa en las ocupaciones de análisis e interacción, rutinarias y no rutinarias.
El presente trabajo busca analizar la relación entre la polarización y elección ocupacional. Para llevar a cabo esto, se construye un modelo estructural de oferta de trabajo o elección ocupacional. Los resultados señalan que los salarios y la educación superior tienen efectos positivos en la participación laboral y en la elección de ocupaciones no rutinarias de análisis e interacción. Esto se debería a una mayor demanda de educación producto de la incorporación de la tecnología.
Finalmente, el género está vinculado a la polarización. Las mujeres tienen una mayor probabilidad de elegir ocupaciones no rutinarias manuales y rutinarias de análisis e interacción. Esto podría explicarse por una mayor dotación de habilidades para las actividades de interacción y comunicación de las mujeres, así como la similitud entre trabajo en el hogar, tradicionalmente desempeñado principalmente por mujeres, y las tareas de las ocupaciones no rutinarias manuales.