Abstract | dc.description.abstract | Actualmente en Chile la educación de enseñanza media se imparte en dos modalidades, la educación
media científico humanista (EMCH) y la educación media técnico profesional (EMTP). Desde la
implementación de la reforma curricular de 19981 se entiende que la EMTP busca ofrecer a los y las
estudiantes las habilidades necesarias para facilitar el acceso de estos a un primer trabajo remunerado de
carácter técnico ‐de nivel intermedio‐, el cual sea capaz de atender a sus intereses, aptitudes y
disposiciones vocacionales, como también acceder a estudios de especialización, de tal forma de obtener
un grado de técnico superior, mientras que la EMCH se orienta a preparar a los estudiantes para la
consecución de estudios superiores.
Si bien, actualmente la EMTP representa cerca de un 40% de los egresados de enseñanza media, en
nuestro país, como en el resto del mundo, es habitual que se señale que este tipo de educación ha estado
relativamente ausente de los grandes debates acerca de la educación (Larrañaga, Cabezas, & Dussaillant,
2014; Wallenborn, 2016; McGrath, 2012; Forster, Bol, & van de Werfhorst, 2017). Los motivos para esta
ausencia son diversos, el más mencionado es la priorización de las políticas en educación básica, pero
también se mencionan aspectos como la composición socio económica de los alumnos (Larrañaga,
Cabezas, & Dussaillant, 2014), o las diferencias en los modelos de desarrollos económico que han tenido
los países a partir de la decada del 60´ (McGrath, 2012). No obstante, a nivel internacional y como
resultado principalmente del aumento en el desempleo juvenil y el abandono escolar, se ha generado en
los últimos años un renovado interés en ésta (Wallenborn, 2016; McGrath, 2012; Forster, Bol, & van de
Werfhorst, 2017).
A su vez, también en el caso de Chile, durante los últimos años, ha surgido una demanda de varios sectores
por restituir la educación como un derecho social garantizado por el Estado2, demanda para la cual no es
posible dar respuesta sólo con un aumento en la matrícula, sino que se considera vital entregar a todos
los estudiantes iguales oportunidades de acceso y permanencia en el sistema educativo y que éste sea de
calidad, de manera tal que los resultados de la educación secundaria sean, lo menos posible, efecto de las
desigualdades existentes en los procesos escolares (MINEDUC, 2015).
En este contexto, la política nacional de formación técnico‐profesional presentada el año 2016 por la
presidenta Michelle Bachelet, señala ‐siguiendo la línea de las problemáticas observadas en otros paísesque
el gran desafío de la Reforma Educacional3 respecto a la formación técnico‐profesional es “asegurar
que jóvenes y adultos (estudiantes, trabajadores y trabajadoras), cuenten con oportunidades de
desarrollar trayectorias laborales y formativas acordes a sus expectativas y capacidades” (Ministerio de
Educación, 2016), entendiendo estas oportunidades como una etapa intermedia en el desarrollo de los
sujetos, pero, además, como el reflejo de una sociedad que se va desarrollando en un mercado cada vez
más competitivo a nivel mundial.
Si bien a la fecha la literatura acerca de la educación técnico‐profesional es extensa, tanto en Chile como
en el mundo, aún no existe consenso acerca de los beneficios de ésta frente a la falta de certezas acerca
de algunas preguntas críticas, tales como: ¿los egresados de educación media técnico‐profesional se
encuentran trabajando con mayor probabilidad de quienes lo hacen de educación científico‐humanista?
O, si de existir esta diferencia, ¿ésta se observa de manera consistente o existe una diferencia en la laborales? O bien, si ¿los egresados de educación media técnico‐profesional reciben mayores ingresos
que los egresados de educación científico humanista?, en este caso también saber ¿cómo éstas
diferencias en los salarios evolucionan conforme los individuos avanzan en sus trayectorias laborales?
En este contexto, el presente estudio busca entregar evidencia para algunas de estas interrogantes,
especialmente respecto a las referidas a si:
a) Los egresados de educación media técnico‐profesional se encuentran trabajando con mayor
probabilidad de quienes lo hacen de educación científico‐humanista.
b) Los egresados de educación media técnico‐profesional reciben mayores ingresos que los
egresados de educación científico‐humanista.
Siendo el objetivo de este estudio, evaluar si existen diferencias en las trayectorias laborales de los
egresados de educación media técnico‐profesional y los egresados de educación media científicohumanista
a través del tiempo, esto significa por un lado, evaluar si existen diferencias en la empleabilidad
de los egresados de educación media sin estudios posteriores, así como calcular las eventuales diferencias
salariales, según el tipo de educación media de la que egresan los individuos. Para finalmente tratar de
identificar posibles factores que sean capaces de explicar estas diferencias.
Para ello, utilizaremos una metodología de cohorte sintética, la cual permita conocer las trayectorias
laborales de los egresados de este tipo de educación, según el tipo de educación media de la cual
egresaron. Esta metodología se utiliza debido a que permite realizar un seguimiento de cohortes de
egresados de educación media, sin estudios posteriores, que se encuentren en edad laboral. Los datos
más relevantes utilizados para los análisis corresponden a los entregados por la Encuesta de
Caracterización Socioeconómica Nacional4 (CASEN) para sus mediciones a partir de 1990.
El presente estudio se organiza de la siguiente forma, en la sección dos se presentar una revisión de
literatura, en la sección tres se presenta la metodología utilizada, así como los datos del estudio, para
luego en la sección cuatro exhibir los resultados, finalmente se presentan las principales conclusiones y
propuestas de política. | es_ES |