Abstract
El desarrollo de modelos de arquitectura religiosa introducidos por los jesuitas en Chile, y la permanencia de las tipologías formales establecidas produjeron una verdadera escuela regional matizada con valores estilísticos secundarios tomados del acontecer arquitectónico de cada momento. La Iglesia de Rilán es un ejemplo significativo de esta escuela, que ha requerido una acción restauradora especializada, rescatándose así la obra para el patrimonio nacional gracias a una base informativa producto de un trabajo de investigación continuo.