Lácteos e hipertensión arterial

Abstract

Aproximadamente el 40% de la población mayor a 25 años en el mundo padece de hipertensión arterial y la prevalencia siguen en aumento. Asimismo, la hipertensión es el factor de riesgo más importante para la enfermedad cardiovascular prematura y es responsable de cerca de 50% de todos los eventos coronarios isquémicos y accidentes vasculares. La evidencia indica que los factores dietarios tienen un importante impacto en la prevención primaria y secundaria de esta enfermedad. En general, las guías alimentarias para reducir el riesgo en un contexto de atención primaria se basan principalmente en los resultados de estudios “Enfoque Dietario para detener la Hipertensión” (DASH, por sus siglas en inglés) que se traducen en una dieta rica en frutas, vegetales, productos lácteos bajos en grasas y baja en sodio y grasas saturadas. Al respecto, se ha descrito una asociación inversa entre el riesgo de hipertensión arterial y el consumo de lácteos. Además, un incremento de 200 g/día de lácteos permitiría disminuir en un 5% el riesgo de desarrollar hipertensión arterial. No se ha encontrado diferencia cuando se comparan lácteos bajos o altos en grasas. En este capítulo, revisaremos la evidencia más reciente y relevante vinculada al consumo de productos lácteos y su relación al riesgo de hipertensión arterial, los mecanismos subyacentes y las recomendaciones más frecuentemente entregadas.