Abstract | dc.description.abstract | Se debate continuamente entre los diferentes actores del mundo económico,
administrativo y financiero las ventajas e inconvenientes de usar el EBITDA como
indicador de agregación de valor en las empresas. El cuestionamiento de fondo considera
su parcialidad en el cálculo y el modo abusivo de su uso al ser asimilado a flujo de
efectivo, y especialmente al ser utilizado como parte de los procesos de valoración de
compañías. Siendo el EBITDA muy útil principalmente en el análisis comparativo de
rentabilidad, no lo es tanto en otros aspectos.
El EBITDA no contempla las depreciaciones, amortizaciones, intereses e impuestos
El EBITDA hoy no está normado por lo que se genera un alto riesgo de error en sus
interpretaciones y usos en procesos de toma de decisiones. Si las empresas y los
usuarios de la información financiera no consideran estos conceptos en su análisis,
incurren en un potencial error. Se podrán tener un EBITDA muy altos, pero las empresas
podrían estar descapitalizándose a largo plazo, sin que ninguno de sus indicadores lo
alerten.
La presente tesis analiza las ventajas e inconvenientes en el uso del EBITDA, así como
las precauciones que deberán tomarse por parte de los diferentes usuarios de la
información financiera cuando su uso se encuentre más orientado a magnificar los
resultados que a mostrar la realidad económico-financiera de una empresa en un periodo
determinado.
No obstante, este no es un llamado a despreciar el uso del EBITDA, tan útil hoy en las
evaluaciones comparativas de las empresas. Simplemente, se busca actualizar una
discusión que alerta, a no perder de vista, que al no ser lo mismo flujo, utilidad o beneficio
que el EBITDA no es recomendable darle a este último una importancia desmedida en la
correcta valoración de las empresas
Para ampliar la mirada acerca de este indicador a valor absoluto, se analizan y proponen
otros complementarios al EBITDA, de fácil y rápido cálculo: la palanca de crecimiento, la
inversión en CAPEX y el EBIT. Especialmente se destaca el uso de otros estados
financieros, tales como el Estado de flujo de efectivo, logrado por el método directo,
normado hoy por la NIC 7, dejando aquí un llamado a que su determinación y uso sean
adoptados de forma mensual por las empresas, a pesar de su complejidad inicial de
obtención de los datos, dada su gran utilidad. Estos Estados y cifras, utilizados en forma
conjunta al EBITDA, entregan valiosa información a y de la empresa sobre los reales
impactos de su gestión.
Finalmente, no se pude dejar de mencionar y alertar que el EBITDA, a pesar de estar
ampliamente estudiado, continúa sin regulación dentro de las Normas Internacionales de
Información Financiera (NIIF), por lo que su utilización (o no) en los estados financieros,
debe estar acompañada de la información suficiente para conciliarlo con las partidas
incluidas en dichos estados financieros, especialmente en el estado de resultados. | es_ES |