Abstract | dc.description.abstract | La desigualdad económica es referida como aquella disparidad fundamental que
permite a un grupo o a una persona, ciertas opciones fundamentales, negándoselas a otra
(Ray, 1998) (Olavarria & Olavarría, 2005). Esta desigualdad puede ser proyectada a
elementos del bienestar social básico como el ingreso, así como puede ser extrapolada a
elementos particulares como la salud y su acceso.
El acceso a salud es definido, como la posibilidad de acudir a un profesional sanitario
cuando su atención es requerida para el tratamiento de un problema. Múltiples análisis dan
cuenta de que poblaciones con menos ingresos, presentan menor probabilidad de acceder a
servicios sanitarios frente a episodios de enfermedad (Olavarria & Olavarría, 2005) (Ray,
1998).
Es por eso, que se describe que la carga de enfermedad y su desenlace en términos
de morbilidad y mortalidad, no tienen una distribución azarosa, sino que son determinados
por la estructura social, política y económica que la sociedad posee. Basado en esto,
aparece el concepto de inequidad en salud, el cual da cuenta de las diferencias sistemáticas
y potencialmente evitables en uno o más aspectos de la salud. Whitehead propone algunos
determinantes para juzgar las desigualdades en salud, donde uno de los elementos claves
es el acceso restringido a cuidados esenciales en salud, es más, define dicho acceso
restringido como un elemento potencialmente evitable e inaceptable (Tang, Chen, Bekedam,
Evans, & Whitehead, 2008).
De manera conjunta, es sabido que el complejo fenómeno de la pobreza contiene
muchas más dimensiones que solo el nivel de ingreso. A través de los años y de la
maduración del concepto de pobreza multidimensional, el ámbito de la salud ha tomado
relevancia en estos modelos. La carencia en esta dimensión de bienestar, ya sea en
términos de acceso, oportunidad, calidad, años de vida saludables u otros indicadores
posibles, son elementos críticos para definir el nivel de pobreza de una población. | es_ES |