Abstract
Los orígenes de la actividad bancaria pueden remontarse hasta la más lejana
antigüedad, ya que desde siempre han existido intermediarios en el comercio
y circulación de dinero. En la antigua Mesopotamia, los templos hacían las veces
de depositarios y de prestamistas y aún realizaban el cambio trayectivio, según -
se ha comprobado en las tabletas de barro encontradas en las excavaciones. Jih la
época helenística y romana se <.-ntoc{an dos clases de banqueros: los 11cambistas de
monedas" y los que "practicaban el mutuo con estipulación de intereses, los depósitos
regular e irregular y el servicio de custodia"