Abstract
Para la subsistencia de la sociedad y el Estado,
debe existir una fuerza de seguridad colectiva. Esta fuerza
debe garantizar el Derecho en toda actividad humana, velar por
el fruto del esfuerzo propio y el respeto a la vida y la propiedad
ajena. Tal es el orden ciudadano, en contraposición a
los desbordes irracionales e ilícitos. Este brazo de contención
y de ejecución de la ley, defiende al débil contra el
fuerte, reprime los vicios, combate la delincuencia y -en
nuestros días- debe contener y doblegar al terrorismo y su
violencia, que amenazan postrar a la humanidad en un caos antisocial
y sangriento.