Abstract
A lo largo de la historia las sociedades humanas
conocieron y han empleado sustancias que alivian el sufrimiento
físico y el estado psíquico, pero la ambivalencia de éstas - ya que
son indispensables para mitigar el dolor y el sufrimiento, pero
crean hábito y son destructivas cuando se ingieren
innecesariamente - las indujo, desde los tiempos más remotos, a
establecer normas que limitaran su empleo exclusivamente para
fines religiosos y confiar su administración sólo a sacerdotes o
curanderos.