Anocarire: "el lugar del perro"

Abstract

El cortometraje Anocarire “el lugar del perro”, relata diversas historias de la cosmovisión andina contadas por mujeres que viven en el altiplano de Arica y Parinacota, estas narraciones se vinculan a la magnificencia de los cerros sagrados, los extensos bofedales y su relación con el paisaje. Sin dejar de lado los animales domésticos que son parte de su diario vivir, llamas, alpacas y perros. Pero también el misticismo y la ritualidad que se ve constantemente en su habitar. Una película que busca mostrar la imponencia de lo natural en esos espacios donde viven pocas personas y el horizonte pareciera no tener fin. Anocarire es el nombre del cerro sagrado con el cual comienza (y finaliza) la película, y esto no es algo casual pues mi motivación principal desde que presenté el anteproyecto fue hacer una pieza audiovisual que tuviese como protagonista a este cerro, principalmente porque desde hace unos años una empresa minera quiere entrar a toda costa a explotarlo sin dimensionar la importancia espiritual que tiene para los habitantes del territorio. Quería que mi película sea un aporte a esta causa, sin necesariamente hacer un documental ambientalista de entrevistas o que nombrara explícitamente la minería o las problemáticas de un lugar, más bien quería dar a conocer lo que a mí me ha cautivado de estos lugares, de su gente, de sus paisajes, y principalmente su cultura y cosmovisión que fue lo que me tiene hace muchos años volviendo al altiplano y pre cordillera de Arica y Parinacota. Hacer una película para que más personas sepan todo lo que allá se vive, las creencias, las prácticas, el respeto por los ancestros, por sus ecosistemas y la importancia de que estos permanezcan, sin que esta película sea un documental de denuncia. Como directora de esta obra también es importante para mí la presencia de las mujeres como voz, y como protagonistas siendo ella las transmisoras principales de los relatos e historias que se oyen en los lugares apartados que he decidido filmar, una forma también de visibilizar su trabajo como dueñas de casa, pastoras y madres en muchos casos, pero también en otros como mujeres empoderadas de sus territorios y de la defensa de estos. Y por supuesto intentar transmitir los impresionantes paisajes de altura que me han deslumbrado en cada visita, los salares, cerros, atardeceres, bofedales, pampas, pajonales, nevados, flora y fauna silvestre acompañados del silbido constante del viento en medio del silencio, donde todos estos relatos cobran vida y pueden ser perfectamente posibles entre tanta soledad e inmensidad.