Flujos de CO2 y CH4 en suelos de matorrales y bosques esclerófilos en la Reserva Nacional Roblería del Cobre de Loncha, Región Metropolitana
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Bown Intveen, Horacio
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Fuentes Espoz, Juan Pablo
Author
dc.contributor.author
Díaz Vasconcellos, María Andrea
Associate professor
dc.contributor.other
Cruz Madariaga, Gustavo
Associate professor
dc.contributor.other
Pérez Quezada, Jorge
Admission date
dc.date.accessioned
2018-11-06T12:35:57Z
Available date
dc.date.available
2018-11-06T12:35:57Z
Publication date
dc.date.issued
2018
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/152404
General note
dc.description
Memoria para optar al Título Profesional de Ingeniera Forestal
es_ES
Abstract
dc.description.abstract
El dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4) son gases de efecto invernadero (GEI) ya que el incremento de éstos en la atmósfera explica el calentamiento global. Los flujos de GEI de los suelos están fuertemente influenciados por el contenido de agua, la temperatura y el uso del suelo. Las perturbaciones en el ecosistema esclerófilo chileno alteran el intercambio de CO2 y CH4 entre el suelo y la atmósfera, pero las magnitudes son inciertas. El objetivo de este estudio fue analizar los flujos de CO2 y CH4 en suelos de matorrales y bosques esclerófilos de la zona Central de Chile. La hipótesis fue que los flujos de CO2 y CH4 están condicionados por la cobertura vegetal, la temperatura y la humedad del suelo. Se determinaron in situ los flujos de CO2 con un analizador de gases infrarrojo (IRGA), flujos de CH4 por cromatografía de gases, midiendo también temperatura (Ts) y contenido volumétrico de agua en el suelo (θv). Las mediciones se realizaron en verano e invierno en un gradiente de perturbación, el cual consideró una comunidad de peumo (Cryptocarya alba)-litre (Lithraea caustica)-quillay (Quillaja saponaria) (PLQ, situación menos perturbada); quillay-tevo (Retanilla trinervia)-colliguay (Colliguaja odorifera) (QTC, medianamente perturbada) y espinal (formación de Acacia caven; ESP más perturbada). Los flujos de CO2 en los suelos fueron menores en verano (1,818 ± 0,15 μmol CO2 m-2 s-1) que en invierno (4,884 ± 0,38 μmol CO2 m-2 s-1) (p<0,001), con diferencias entre los niveles de degradación (p<0,001), donde la mayor tasa de emisión de CO2 fue en la situación menos degradada PLQ. Los suelos fueron sumideros de CH4 en verano (-4,121 ± 0,97 nmol CH4 m-2 s-1) y fuentes en invierno (4,436 ± 1,06 nmol CH4 m-2 s-1), con diferencias entre los niveles de degradación (p<0,05), donde la mayor tasa de captura de CH4 atmosférico fue en los suelos de las condiciones menos degradadas PLQ. Los flujos de CO2 y CH4 aumentaron con θv (p<0,001), el cual además influye en las condiciones de aerobismo y anaerobismo mediados por la porosidad del suelo y determina si éstos actúan como fuentes o sumideros de CH4.