Videojugadoras chilenas: Experiencias y estrategias sobre desigualdad y violencia de género en videojuegos

Abstract

La presente investigación aborda las experiencias que videojugadoras, entre 18 y 25 años de la región metropolitana, tienen respecto de la desigualdad y violencia de género en contextos relacionados a videojuegos, tales como la interfaz de juego, eventos gamer y plataformas digitales, y las estrategias que usan para enfrentarlas. Para estudiar esta temática se utilizó un marco teórico referente a la perspectiva de género, junto con los conceptos de significado y acción social, planteados por Herbert Blumer y Max Weber, respectivamente. Este estudio busca describir y caracterizar las experiencias y estrategias en torno a las desigualdades y violencias de género en contextos de videojuegos, indagando en el significado que tienen los videojuegos para las videojugadoras, las experiencias de desigualdad y violencia de género que sufren y las estrategias que utilizan para enfrentarlas. Se utilizó una metodología cualitativa expresada en entrevistas semiestructuradas de siete videojugadoras y una técnica de análisis de contenido cualitativo, desde dónde se identificaron los videojuegos como elementos significativos y positivos por las jugadoras, lo que contribuye a que ellas realicen acciones estratégicas que les permitan enfrentar situaciones de violencia y desigualdad de género en dichos espacios para, así, poder mantener su actividad de videojugadoras. Al respecto, se observa que la desigualdad y violencia de género en contextos de videojuegos aún persiste, aspectos que se relacionan fuertemente con la perpetuación del estereotipo de los videojuegos como una actividad masculina. Ante estas situaciones de violencia y desigualdad, las videojugadoras responden por medio de estrategias con arreglo a fines, como ocultar su género, evitar ciertos videojuegos y modalidades de juego; estrategias con arreglo a valores, como visibilizar las situaciones hostiles por diversas plataformas digitales; estrategias afectivas; como reírse, responder y molestar a los videojugadores fastidiosos; y estrategias híbridas, como no hacer caso a los comentarios hostiles, acercarse a los videojuegos con un grupo de confianza y apropiarse del videojuego, en cuanto ellas también tienen derecho de permanecer en dichos espacios. Por último, cabe destacar que se aprecian positivamente los espacios de juego separatistas y la inclusión cada vez mayor de mujeres en el mundo de los videojuegos.