Determinantes sociales de la alimentación saludable en Chile : análisis de ENCA 2014

Abstract

La alimentación en Chile es un tema relevante debido a que, en la actualidad, estamos en el segundo lugar en cifras de obesidad después de EEUU entre los países de la OCDE. La evolución que ha tenido la situación nutricional en Chile permite señalar que pasamos de ser un país afectado por malnutrición por déficit en niños, a uno con elevadas cifras de exceso de peso y numerosas enfermedades crónicas no transmisibles relacionadas a esta condición. El objetivo de este trabajo es analizar en la población chilena los determinantes del hábito de consumo alimentario saludable, e identificar qué determinantes sociales y socioeconómicas resultan más efectivas para explicar el caso chileno. Metodología. La información se obtuvo mediante el consumo alimentario y las características sociodemográficas y económicas de los participantes en la Encuesta Nacional de Consumo Alimentario (ENCA), publicada el año 2014, y aplicada en el país entre los años 2010 y 2011. Con la información alimentaria se construye un índice de alimentación saludable (IAS), y en el análisis se aplicó tanto un modelo de logístico como otros de descomposición de varianza. Resultados. La alimentación saludable es una característica protectora desigual en Chile. Los hombres (OR: 0.548), la clase media alta (OR: 0.6052), los habitantes de la región metropolitana (OR: 1 versus más cercano 1.23), y aquellos entre 20 a 49 años (OR: 0.397) y 50 a 64 años (OR: 0.688) son los que menos consumen este tipo de dieta. Además la alimentación saludable de los individuos es más explicada por una clasificación socioeconómica según el tipo de ocupación y nivel de educación del jefe de hogar que por el nivel y acceso económico del hogar (F (13,94: 0.6721<0.708)). Conclusión. En Chile la desigualdad económica y social se relaciona con el tipo de cuidado en salud. Ante esto las características sociales y económicas del jefe de hogar son determinantes de una alimentación saludable. Así, la clase alta tiene una ingesta alimentaria más saludable que la clase baja, aunque la clase media no presenta una mejor alimentación que aquellos de clase baja o en situación de pobreza. Esto último afecta la movilidad social de la población nacional chilena, y hace necesario el estudio de la clase media.