“Proyecto de mejora para la gestión clínica del Servicio de Hospitalización Domiciliaria del Hospital El Carmen de Maipú"

Abstract

Algo transversal a los sistemas de salud y aseguradores es la necesidad de optimizar el uso de sus recursos para dar la mejor atención posible con el menor gasto asociado: para esto se han utilizado múltiples estrategias a diferentes niveles, orientando esfuerzos en la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la optimización de las atenciones, entre otros aspectos. A nivel hospitalario, los esfuerzos de gestión tienden en buena parte a optimizar la atención de los pacientes, tomando estrategias para descongestionar el uso del espacio físico del hospital, y tratando de completar los tratamientos requeridos por los pacientes en el menor tiempo posible, con el fin de disminuir al máximo los riesgos inherentes a la hospitalización para el paciente y el gasto asociado a estadías más prolongadas. Para apoyar la gestión de las instituciones de salud se han desarrollado una serie de tecnologías que permiten llevar un registro cada vez más acabado y específico de las atenciones, entre las que destacan los sistemas de información en salud. La disposición de estos datos, sumado al desarrollo de la capacidad de análisis de grandes volúmenes de datos, ha permitido mejorar la eficiencia y la calidad de la atención, entregando cada vez mejores herramientas para la gestión. Una herramienta desarrollada para la captación y análisis de datos clínicos que ha probado su efectividad es la clasificación en “grupos relacionados al diagnóstico” (GRD), que sistematiza la información clínica referida a los diagnósticos, complicaciones, comorbilidades, mortalidad esperada y características demográficas de los pacientes, asociándolos a las estadías hospitalarias que tienen, permitiendo obtener una serie de medidas útiles para conocer la gestión interna de un servicio clínico, de un hospital y de sus profesionales, y que además permite comparar los datos con otros centros, en un proceso denominado “benchmarking”. Su existencia data desde la década de 1970 en Estados Unidos, y se ha ido refinando y ampliando su uso para ser aplicable en diferentes sistemas de salud en el mundo. En Chile, el 2002 comenzó su aplicación a través de un proyecto Fondef en los hospitales Del Salvador y Barros Luco-Trudeau, y desde entonces fue progresivamente adoptándose en los hospitales del país, siendo impulsado como estrategia de financiamiento por el Ministerio de Salud (Minsal) (Santander Azar, Silvana. Departamento de Estudios, Innovación e Información para la Gestión., 2018).