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Professor Advisordc.contributor.advisorContreras Guajardo, Dante,1965-
Authordc.contributor.authorCorzo Cunjamá, Cecilia 
Staff editordc.contributor.editorEscuela de Postgrado, Economía y NegociosCL
Admission datedc.date.accessioned2014-11-19T21:31:11Z
Available datedc.date.available2014-11-19T21:31:11Z
Publication datedc.date.issued2013-01
Identifierdc.identifier.urihttps://repositorio.uchile.cl/handle/2250/117494
General notedc.descriptionTesis para optar al grado de Magíster en Políticas PúblicasCL
General notedc.descriptionAutor no envía autorización, para ser publicada en el Portal de Tesis Electrónicas de la U. de Chile.CL
Abstractdc.description.abstractEn 2004 aproximadamente una de cada cinco personas en el planeta tenía entre 15 – 24 años de edad, lo que equivalía a más de 1.000 millones de personas y debido a la transición demográfica que enfrentan algunos países, el 90% vivía en países en vías de desarrollo; para el 2015 se estima que habrá 3.000 millones de jóvenes en el mundo y el 83% habitará en dichos países1. Por otra parte, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) menciona que en 2003 existían más de 130 millones de jóvenes que trabajaban percibiendo menos de un dólar diario pero el Informe de las Naciones Unidas sobre Juventud del mismo año señala que eran 238 millones de jóvenes, esto representa casi el doble2. En este contexto, según la ONU, la población joven que vive bajo la línea de pobreza se concentra mayormente en India, China, Pakistán, Bangladesh, República Democrática del Congo, Etiopía, Indonesia, Viet Nam, Brasil y México3. Asimismo, tras las crisis económicas de los últimos años, la OIT (2012) menciona que las tendencias de desempleo juvenil no parecen ser alentadoras, principalmente para las economías en vías de desarrollo en donde se prevé un aumento. Se considera incluso que los jóvenes entre 15 – 24 años tienen tres veces mayor probabilidad de permanecer desempleados en comparación con las personas pertenecientes a otros grupos de edad. Tal como se señaló anteriormente, México es uno de los países que agrupa a una proporción importante de jóvenes bajo la línea de pobreza, lo que significa casi la mitad de su población del tramo 15 – 29 años, esto representa el -44%- según datos del CONEVAL (2010)4. A lo cual se añade que según datos de la OCDE (2011), el desempleo en jóvenes de 15 a 24 años aumentó de 5.1 a 9.8% de 2000 al 2011, mientras que el desempleo en la población total se acrecentó de 2.6 a 5.4%. Conjuntamente el grupo más afectado en el mismo tramo de edad son las mujeres, al presentar tasas de desempleo de 10.4% en 2011 y tasas de participación laboral menores que sus contrapartes masculinos, 29.8 versus 56.2% durante el mismo año. Se observa también que a mayor escolaridad, los jóvenes están más expuestos al desempleo, por ejemplo aquellos con educación media superior en 2009 tuvieron una tasa de desocupación abierta (TDA) 2.4 veces más alta que la población con primaria incompleta5. Actualmente el escenario no se ha modificado, las tasas de desempleo entre egresados universitarios son más altas que personas con menores grados de escolaridad, esto no se debe a razones tan simples como un exceso de profesionistas, sino que las habilidades enseñadas en las aulas no están respondiendo a las exigencias del mercado laboral, tal es el caso del dominio de otro idioma como el ingles entre egresados universitarios mexicanos, los cuales declaran entender un poco (el 80%) pero sólo una pequeña porción ( entre 5 – 10%) tienen dominio funcional de este idioma6. Así pues, en México la transición escuela – trabajo es cada vez más lenta e incierta para los jóvenes. Y si bien se han incorporado jóvenes que pertenecen a los deciles de menores ingresos al sistema educativo7, esto aún no es suficiente ante la falta de capacidad para brindarles las habilidades y/o competencias necesarias para ingresar al mercado laboral8. Por tanto, instituciones como el sistema educativo y el mercado laboral juegan papeles esenciales en la calidad de vida para el presente y futuro de los jóvenes, por esto se deben incorporar elementos o introducir cambios en materia de política pública. Así, esta minuta tiene como propósito responder al siguiente cuestionamiento: ¿Qué cambios pueden contribuir a la transición escuela – trabajo que conlleven a mejorar el empleo en jóvenes mexicanos? El informe se encuentra estructurado de la siguiente forma: en la siguiente sección se señala la importancia de la transición escuela - trabajo, posteriormente en el segundo apartado se considera un diagnóstico general del joven dentro del mercado de trabajo y el sistema educativo mexicano como pilares para facilitar dicha transición; mientras que en la tercera se describe brevemente la metodología que se implementará a lo largo del documento. En la cuarta sección, se sintetizan algunas experiencias de programas de inserción laboral, en el que se incluye a México; en la quinta sección se discuten los elementos que inciden en el “probable” éxito o no de los programas. Por último, se presentan las lecciones a considerar en política pública y las conclusiones.CL
Lenguagedc.language.isoesCL
Publisherdc.publisherUniversidad de ChileCL
Keywordsdc.subjectJóvenes--Empleos--MéxicoCL
Keywordsdc.subjectTrabajoCL
Keywordsdc.subjectJóvenes--México--Condiciones sociales--CongresosCL
Keywordsdc.subjectPolíticas públicasCL
Títulodc.titleTransición escuela - trabajo : lecciones para MéxicoCL
Document typedc.typeTesis


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