Educación en valores en la escuela: Percepciones de estudiantes sobre su formación valórica

Abstract

La educación en valores refiere a una tarea compleja de la sociedad que compete a variadas instituciones sociales, entre ellas, la familia, la escuela y los medios de comunicación masiva (Arellano, 2014; Delors, 1996), y que además implica a diversos ámbitos del saber, tales como la filosofía, la pedagogía, la psicología, entre otros (Arellano, 2014). De ahí que ésta sea una temática de amplia discusión social, que se ha vuelto objeto de interés en campos como la política, la academia y, especialmente, la educación, en particular, en la educación formal (Arellano, 2014; Díaz, 2006; Echeverría, 2001; Vaillant, 2008). Este interés por la educación de valores en la sociedad y, particularmente para el ámbito de la educación, tiene que ver con algunas consideraciones: La primera de ellas es que los valores, entendidos como cualidades abstractas (Pedro, 2014) y deseables (Sutrop, 2015), que son percibidas por los sujetos desde su experiencia (Puig y Martín, 1998), y que actúan como marcos de referencia que permiten guiar, justificar y seleccionar las acciones, además de evaluar situaciones y personas (Schwartz, 1992, 2006), han formado parte de y han sido necesarios para la sociedad. Al respecto, Gervilla (1998) señala que los valores han sido componentes inherentes y esenciales de la vida humana, desde los inicios de su historia, puesto que “Desde que el hombre es hombre siempre ha deseado el valor y ha rechazado el contravalor o antivalor” (p.399). Algunas evidencias de esto pueden hallarse en la antigua historia griega, de la mano de pensadores como Platón y Aristóteles quienes se preocuparon por valores como la sabiduría, la justicia y el amor, considerados como elementos necesarios para la vida en sociedad. Así también, pueden encontrarse en la literatura, las leyes, el arte y en variadas producciones de la historia en las que se ha aludido y fomentado determinados valores, persistiendo la idea de que la vida humana no puede pensarse al margen de ellos (Gervilla, 1998)