Abstract | dc.description.abstract | Según los últimos resultados de la Encuesta CASEN 2006 existen 2.208.937 personas que se encuentran bajo la línea de la pobreza en Chile, las que corresponden al 13,7% (3,2% correspondientes a indigentes y 10,5% a pobres no indigentes) de la población total.1
De lo anterior se obtiene que el 3,2% de la población chilena no esta en condiciones de satisfacer sus necesidades alimenticias (los indigentes), en tanto que el 10,5% restante de pobres pueden satisfacer sus necesidades alimenticias, pero no el conjunto de sus necesidades básicas.
Si bien es cierto que la pobreza puede definirse tanto en términos cuantitativos como en términos cualitativos, en este trabajo no se hará mayor distinción entre ambos, pues se asumirá que ambos pueden agruparse bajo una misma definición.2
Dicha situación hace patente la necesidad de desarrollar un modelo microfundado que intente contribuir a tratar de resolver el problema de la pobreza a través de una política fiscal redistributiva. Sin embargo esta no es una tarea simple.
Si se aborda este problema desde el punto de vista de la economía (claramente pueden existir otro enfoques al mismo tópico), se puede ver que este, no es un problema desconocido por el modelo de 2x2.3 También es conocido que si en este modelo se aplican transferencias para cambiar la situación inicial, puede lograrse un equilibrio (segundo teorema del bienestar social4). Pero este análisis deja fuera algo muy importante: ¿Cómo se diseña este sistema de transferencias?; ¿Cómo se sabe hasta que punto se tiene que transferir dinero de un agente a otro?; ¿Cómo se hace si el número de agentes a transferir dinero no son iguales?
Además de estas interrogantes, se sabe, tal como se mencionó previamente, que el segundo teorema del bienestar garantiza que por medio de transferencias puede encontrarse un equilibrio, así como también se sabe por el primer teorema del bienestar social5, que este equilibrio será óptimo de Pareto6. Pero ¿Realmente se quiere que el equilibrio final sea óptimo de Pareto? Tal vez en la economía en general (o en una en particular), tal como se encuentra, dados los precios, no es posible asignar los recursos de una manera más eficiente de la que ya están, es decir, ya estaríamos en un punto óptimo de Pareto. Entonces, ¿qué alternativa queda?, sin duda, hacer nada no es la respuesta. Por lo tanto, si se hace alguna transferencia en este contexto, estará claro que el equilibrio final no necesariamente será óptimo de Pareto.
Si se conocen cuáles son las preferencias de la sociedad, sería posible en términos teóricos, realizar una transferencia (realizada a través de impuestos) que maximice el bienestar de la sociedad, es decir, se encontrará el monto de esta transferencia o la tasa de impuesto, y dado que no es una restricción del problema no es que sea óptimo de Pareto, sino simplemente que este sea factible. Es decir, la clave esta en conocer o estimar una función de bienestar social.
Dado todos los datos conocidos del problema, estar al tanto de las respuestas a las tres preguntas previamente planteadas, puede ser muy útil a la hora de efectuar Políticas Públicas, pues a pesar de que aquí se realiza un análisis simplificado de la realidad, setiene que al saber exactamente qué es lo que le importa a una economía en particular (y en que forma o cuantía) es posible alcanzar el máximo bienestar de la economía en su conjunto, a través de una tasa de impuesto (que representa la transferencia realizada). También, si se tiene bien identificado cuáles son los agentes que necesitan la ayuda y cuales son los agentes a quienes se les puede cobrar un impuesto, al conocer la tasa óptima impositiva, se puede realizar de manera más eficiente tanto la recaudación como el gasto de dicha recaudación (para así acercarse lo mas posible al hipotético caso de costo de administración igual a cero).
Entonces, si se considera el sistema de impuestos como trasferencias directas de un agente a otro (es decir, esta será la respuesta a la primera pregunta), se tiene que si conoce la función de bienestar de la sociedad, la segunda pregunta puede ser respondida, independiente si el número de agentes receptores es distinto al grupo emisor. Por ende, en el desarrollo de este seminario, al buscar la tasa de impuesto (o transferencia) que maximice el bienestar de la sociedad, se responden las dos últimas preguntas: ¿Cómo se sabe hasta que punto se tiene que transferir dinero de un agente a otro? Y ¿Cómo se hace si el número de agentes a transferir dinero no son iguales?
El documento se desarrolla de la siguiente forma, el punto (II) muestra una breve revisión bibliográfica relacionada con los temas relevantes para este trabajo. El punto (III) muestra la metodología empleada y una economía en particular. En el punto (IV) se resuelve el problema específico planteado en el punto previo y finalmente, en el punto (V) se concluye y se realizan algunas recomendaciones. | |