Bergson: "Las dos fuentes de la moral y la religión" y "La evolución creadora"
Professor Advisor
dc.contributor.advisor
Escríbar Wicks, Ana
es_CL
Author
dc.contributor.author
Basualto, Javier
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Facultad de Filosofía y Humanidades
es_CL
Staff editor
dc.contributor.editor
Departamento de Filosofía
es_CL
Admission date
dc.date.accessioned
2012-09-12T19:16:13Z
Available date
dc.date.available
2012-09-12T19:16:13Z
Publication date
dc.date.issued
2004
es_CL
Identifier
dc.identifier.uri
https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/110158
General note
dc.description
Informe de Seminario para optar al grado de Licenciado en Filosofía
Abstract
dc.description.abstract
La intención de Bergson, en su obra “Las dos Fuentes de la Moral y la Religión”, es la de mostrar de qué manera la aparición del cristianismo y su posterior consolidación en el universo occidental marca un quiebre en la historia humana de manera que significa un “salto” evolutivo espiritual y social. Espiritual por inaugurar una nueva actitud en relación a la sociedad y a la humanidad (la de la acción y el amor) y social por cuanto esta situación habría posibilitado el surgimiento de una nueva forma de organización social, cual sería la democracia y la representación parlamentar en el Estado Moderno, presentándose como la forma más cercana a una sociedad de la apertura. Ambas situaciones históricas se auto afirman y condicionan, sociedad cerrada-religión estática, sociedad abierta-religión dinámica. La división entre religión estática y dinámica estaría dada por la función que la religión desempeña en la sociedad. En la sociedad primitiva la religión surge como prevención al temor que provoca lo desconocido y su función es la de servir como dispositivo contra el poder disolvente de la inteligencia, que haría aparecer el egoísmo del individuo y produciría la desintegración social, por lo tanto esta primera función estaría encuadrada en el orden de la conservación social. La segunda función sería la de servir como dispositivo contra la depresión por el poder de la inteligencia de representarse la inevitabilidad de la muerte. Por su parte la religión dinámica habría abierto el universo espiritual del hombre al encarnarse en la religión cristiana la ideología del amor por la humanidad y su función sería la de mantener este horizonte siempre abierto (merced a la propagación del ímpetu o impulso místico) y aumentar así cada vez más los niveles de libertad y de indeterminación de la especie. Sin embargo, cuando volvemos a interrogar a las sociedades primitivas por su funcionamiento social y religioso, auxiliados por estudios antropológicos y etnográficos, vemos que el diagnóstico dado por Bergson sobre estas sociedades estaba bastante deformado y alejado de la realidad. El propio etnocentrismo de que se empapó su obra en lo referente a las sociedades arcaicas influyó con certeza a la hora de definir el verdadero problema que depara analizar la función de la religión tanto en las sociedades primitivas como en la “civilizada”.