Abstract | dc.description.abstract | Una de las principales contribuciones de la reforma al sistema de pensiones de los años 80, corresponde a una mejora en la calidad de los gobiernos corporativos dentro de las empresas en las cuales las han invertido y tienen representación1. Con esta reforma, se observa que las pasaron de no tener ninguna presencia en el mercado accionario, a mantener en su poder el 6% de las acciones de las empresas listadas en la bolsa chilena al año 20112. Sin embargo, a pesar de tener una pequeña proporción de la propiedad, los fondos de pensiones son el principal accionista minoritario de las empresas Chilenas, debiendo adoptar un activo rol en los gobiernos corporativos. Esto es así porque, como señala Lefort (2007), en contraste con el contexto de Estados Unidos y Reino Unido, los inversores institucionales en países emergentes como los de América Latina, tienden a involucrase activamente en el gobierno corporativo, debido al menor grado de desarrollo de los mercados de capitales ( baja protección legal a los inversionistas) y la alta concentración de propiedad que presentan la mayoría de las empresas Chilenas (provocando el problema de agencia horizontal entre accionistas mayoritarios y minoritarios). En este contexto, la acción de los fondos de pensiones, es de gran aporte, en especial en el monitoreo de aquellas transacciones entre partes relacionadas y en otras operaciones en las que los accionistas controladores pueden presentar conflicto de interés, como es el caso de emisiones de deuda. | CL |