Abstract | dc.description.abstract | Cuando nos sentamos a pensar en la educación se vienen a la mente muchas cosas, el
tema está implantado en nuestra sociedad como algo que no podemos evitar. El aprendizaje se hace
inevitable una vez comenzada la vida y la necesidad de encausarlo hacía algún fin es tan natural como la necesidad de encontrar respuestas a todo lo que nos rodea. En Chile desde aproximadamente
el 2006 se viene demostrando con fuerza un movimiento que, más allá de ser popular, surge de las más íntimas necesidades de los jóvenes chilenos. El movimiento por la educación que siempre fue
localizado, desde ese entonces se unifica en uno solo para exigir una educación gratuita,
igualitaria y de calidad. Lo que empezó por ser un movimiento que sólo concernía a los estudiantes
decantó hacía el 2011 en un movimiento social, ya no eran sólo los jóvenes los que exigían a los gobiernos de turno el derecho básico de la educación, sino que gran parte de la
población apoyaba las demandas estudiantiles y los que no las apoyaban, tenían el tema en la manos. Las discusiones y opiniones acerca de cómo la educación debe ser llevada a cabo se tornó un
tema común en las barrios, trabajos, colegios y universidades, la educación se volvió un tema del que todos debían o querían conversar. El trato de las inquietudes acerca de la educación se tornó en un trabajo de todos, desde el 2006 la educación no es un problema sólo de profesores y alumnos, sino que todos debemos procurar por ella y su cumplimiento. La necesidad de definir para cada uno de nosotros qué es, cómo debe ser,
para quién y con qué fin, es algo que asentó una necesidad de ejercicio de la palabra en cada uno
de los que vivieron ese momento, cada opinión tenía un sentido personal y todos querían ser oídos, la discusión se abrió no solo para los filósofos, pedagogos o políticos, sino que para todos. En
donde cada uno de nosotros es el encargado de tomar la educación en sus manos, definirla y legislarla. | en_US |