Abstract
Las obras que trataremos en esta investigación no pertenecen a su tiempo,
estética y lugar; las riquezas que éstas tienen, no se reducen a su plasticidad ni al
reconocimiento de sus artistas; el valor que en ellas se encuentra se evidencia en la
elección premeditada de una orden que, para 1840, buscaría mantener viva una
tradición centenaria, de allí que surgiría la serie del Santoral Dominico que a
continuación conoceremos.
General note
Licenciada en artes con mención en teoría e historia del arte