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Professor Advisordc.contributor.advisorVillarroel Soto, Raúl
Authordc.contributor.authorBravo Jiménez, Natalia Andrea
Admission datedc.date.accessioned2022-06-15T21:30:34Z
Available datedc.date.available2022-06-15T21:30:34Z
Publication datedc.date.issued2021
Identifierdc.identifier.urihttps://repositorio.uchile.cl/handle/2250/186079
Abstractdc.description.abstract«Miente, miente, que algo queda», es una frase que engloba una serie de variaciones dichas por diversos personajes a lo largo de la historia. La intención se mantiene fija: cuanto más repitas una mentira, más real ella se vuelve. Dicha frase ilustra lo poderoso que puede llegar a ser el lenguaje. Es tan potente, que tiene la capacidad de hacer realidad aquello que antes no lo era. Frente a semejante panorama, podría pensarse que cualquiera es capaz de mentir lo suficiente hasta que ello se transforme en verdad. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que hay algunas mentiras más fuertes que otras, incluso tan fuertes, que han tenido desenlaces tremendos para la humanidad. Esta no es una investigación acerca de las mentiras per se, pero sí pretende analizar como es que una disciplina, que muchas veces se ha acusado por su falta de veracidad, permite realizar cambios en los sujetos, a saber, la retórica. Ella, desde Platón, ha sido apuntada como la disciplina de la pura ornamentación, donde la verdad ocupa un lugar optativo en ella. Frente a este temprano rechazo de dicha disciplina hay quienes comprenden que para ser escuchado, debemos disponer de las mejores armas. No son armas físicas, sino armas del lenguaje. Cicerón era de esta opinión al tratar de educar al orador perfecto y es Maquiavelo quien nos muestra en la práctica como la retórica ha de operar con El Príncipe. Discurso y poder, ambos elementos intrínsecamente ligados. Afirmamos que todo discurso es poder. Tener la posibilidad de hablar frente a otros es estar haciendo uso de su palabra para expresar la propia opinión. Si discurso es poder, entonces ¿dónde queda la resistencia? ¿podemos dejar de estar seducidos por estas palabras que tienen el poder de transformar aquello que creíamos era verdad, incluso acerca de nosotros mismos? Esta investigación se sitúa, primero, en la concepción foucaultiana del poder. El poder está en todos lados, por lo que no hay esquina libre de él. Contrariamente a lo que podría pensarse, la resistencia es posible, pero para ello, debemos considerar el poder al nivel que lo pone tanto Nietzsche, como posteriormente Deleuze: como una fuerza. Las fuerzas en tensión manifiestan esta resistencia que los individuos oponen a los agentes externos. Ahora bien, ¿cómo se ve en la práctica esa resistencia? El modo escogido es el del lenguaje, por lo mismo habremos de comprender qué ha sido la retórica y cómo afecta a nuestra realidad. Veremos que algunos discursos prevalecen por sobre otros, como mencionamos al comienzo: algunas mentiras son más fuertes. Ello se traduce en lo que Nietzsche entiende por «voluntad de poder», aquí entra la sección final de nuestra investigación. La voluntad de poder que implica la victoria de una fuerza por sobre otra, o más bien, la asimilación de una fuerza por sobre otra, lo cual pone el acento en la interpretación. Por medio de esta última, somos capaces de comprender cómo o de qué calidad son estas fuerzas que nos atraviesan. La hermenéutica, el arte de la interpretación, en su origen fue concebida como un método utilizado para la comprensión de los textos. Luego, hacia comienzos del siglo XX se transformó, con Heidegger, en una interpretación de la vida. Nosotros nos situaremos entre ambas, entendiendo que los discursos son sobre la vida y la vida está atravesada por los discursos. Por lo tanto, desembocará en un método interpretativo que busca el origen de los valores en quienes fueron sus creadores, no un ente metafísico ni mucho menos Dios, sino en la misma historia humana, que ha sido encargada de definir lo que consideramos como bien y mal. A este método le llamamos genealogía. Es mediante la pregunta por la procedencia, y no la del origen, como nos volvemos más sospechosos de lo que se nos quiere hacer creer como verdad, y que culmina en un mejor conocimiento de quienes somos y que nos permite aportar desde nuestra propia vereda, en donde todos tenemos una historia que contar.es_ES
Lenguagedc.language.isoeses_ES
Publisherdc.publisherUniversidad de Chilees_ES
Type of licensedc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 United States*
Link to Licensedc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/3.0/us/*
Títulodc.titleMiente, miente, que algo queda: un escrito acerca del discurso como herramienta del poderes_ES
Document typedc.typeTesises_ES
dc.description.versiondc.description.versionVersión original del autores_ES
dcterms.accessRightsdcterms.accessRightsAcceso abiertoes_ES
Catalogueruchile.catalogadorepses_ES
Departmentuchile.departamentoDepartamento de Filosofíaes_ES
Facultyuchile.facultadFacultad de Filosofía y Humanidadeses_ES
uchile.carrerauchile.carreraLicenciatura en Filosofíaes_ES
uchile.gradoacademicouchile.gradoacademicoLicenciadoes_ES
uchile.notadetesisuchile.notadetesisInforme de Seminario para optar al grado de Licenciado en Filosofíaes_ES


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