Abstract | dc.description.abstract | El propósito de esta tesis es establecer dos puntos: I. Que la muerte es un trauma. II. Que volverse consciente tanto de este hecho, como de la finitud de la vida y la irreversibilidad de la muerte, abre la posibilidad de otorgarle valor tanto a la vida propia como a la vida ajena. Esto se hará, primero, al explorar las obras Fun Home, de Alison Bechdel, junto a Maus y Breakdowns, de Art Spiegelman; obras que tratan en profundidad el duelo y su relación personal con la muerte. Estas servirán para identificar los puntos en común que vive la persona en duelo, siendo estos el consuelo producto de la fantasía, la ausencia retroactiva, la performatividad y la expectativa de “superación” del duelo, la racionalización y la atemporalidad del duelo. También se establecerá la definición de ciertos conceptos con los que se trabajará, siendo estos el de muerte corporal, muerte psíquica e irreversibilidad. Teniendo esto es que esta investigación se adentrará en desmentir la concepción general que existe respecto al trauma, explicando la naturaleza de éste a través de su efecto en el funcionamiento del cerebro. Esto será hecho basándose en la obra de Bessel van der Kolk, The Body Keeps the Score. Además, como complemento, se usará el libro de Catherine Malabou Ontología del Accidente para hacer notar todo el peso que tiene en la identidad el ser víctima de un trauma. Contrastando esta información es que se afirmará que la muerte es un trauma debido a que comparten características fundamentales, siendo la más importante para la parte final de esta tesis el hecho de ambos ser atemporales en su efecto. Finalmente, tras explicar la charla de Patricia Churchland Desafiar los límites, hecha para el Congreso Futuro y en que relata la relación entre el funcionamiento de nuestro cerebro y nuestra forma de relacionarnos con los otros, se tomarán las creencias del autor Friedrich Nietzsche respecto al egoísmo, su disgusto por el mundo aparente, su defensa de la vida y la importancia de los instintos para afirmar que, por nuestra naturaleza, necesitamos y anhelamos la cercanía con los demás y que, en un despliegue de “egoísmo positivo”, instintivamente nos volveremos protectores de estas vidas que consideramos valiosas. Como último punto se usará el concepto de eterno retorno como un ejercicio mental, uno en que la persona se cuestione si vive su vida de acuerdo a sus creencias, de manera satisfactoria, o si en realidad ha vivido una de cobardía y remordimiento. En resumidas cuentas, se le preguntará si sería capaz de afrontar la posibilidad de vivir su vida una y mil veces con gusto y valentía o lo vería como el peor castigo. Así, ante estas circunstancias, el individuo podrá darse cuenta, primero, que cada momento tiene su valor a la hora de vivir una vida auténtica. Segundo, que para vivir una vida satisfactoria se necesita de la cercanía con los demás y, finalmente, que la muerte, como es irreversible, jamás entregará una segunda oportunidad para remediar cualquier arrepentimiento. Por ello, la vida, tanto ajena como personal, se debe apreciar en cada momento: Siendo consciente del dolor y remordimiento que significa dar la vida por sentado es que el individuo puede apreciarla por todo lo que vale. | es_ES |