Abstract | dc.description.abstract | Normalmente se señala a los judíos como poseedores innatos de un don emprendedor, que los lleva a destacarse dondequiera que se instalen, mas no se hace el esfuerzo por dar con el porqué de lo anterior sin ir más allá de los simplismos. ¿Acaso por ser el pueblo “escogido” son especiales? ¿Al tener mayores obligaciones religiosas y festividades, Dios los “premia” con el éxito económico? ¿Son una etnia laboriosa per se, que se adapta fácilmente a distintas circunstancias, dado el permanente temor a un eventual exterminio? Son las preguntas más comunes que surgen al pensar en las raíces de su éxito económico, y la respuesta no la encontramos ni en estas premisas, ni en los estereotipos, generalmente negativos, que vinculan judíos y dinero. Pensemos en los inmigrantes judíos en Chile. Las condiciones políticas, sociales y económicas en nuestro país desde la década de 1930 hasta hoy han sido cambiantes y han brindado un entorno a veces positivo y otras veces negativo para el porvenir de las distintas familias judías que se han instalado en nuestras tierras. No obstante, podemos hablar de una colectividad judía que ha sabido sobreponerse a la adversidad gracias a un conjunto de valores y tradiciones, con personas muy capaces que han llegado a descollar entre sus pares logrando altos niveles de emprendimiento económico. En esa medida, a la hora de explicar el proceso de adaptación de esta colectividad en nuestro país, cabría combinar aspectos exógenos pero también endógenos, ya que si bien el contexto político, económico y social ha tenido influencia en su desempeño económico, en él también ha actuado la acumulación de experiencias y capacidades propias del grupo, traduciéndose en los rendimientos económicos que a lo largo de los años han alcanzado. En la siguiente investigación se analiza un componente micro de toda comunidad exitosa: El Capital Humano, que corresponde al stock, es decir, el depósito de aptitudes conseguidas a través de la educación, y especialmente, de un volumen de bienes y servicios domésticos previamente acumulados al interior de las familias . Éste se forma por tres vías: el autoaprendizaje, la educación informal (familiar) y la educación formal (institucional). | es_CL |