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Professor Advisordc.contributor.advisorWallace Cordero, David 
Authordc.contributor.authorLagos Basoalto, Camila. 
Staff editordc.contributor.editorFacultad de Filosofía y Humanidades
Staff editordc.contributor.editorDepartamento de Literatura
Admission datedc.date.accessioned2014-05-26T15:27:23Z
Available datedc.date.available2014-05-26T15:27:23Z
Publication datedc.date.issued2013
Identifierdc.identifier.urihttps://repositorio.uchile.cl/handle/2250/116192
General notedc.descriptionInforme de Seminario para optar al grado de Licenciado en Lengua y Literatura Hispánica mención Literatura
Abstractdc.description.abstract(In)tentar hablar del barroco es pre-pararse para no parar. In-tentando tantear y siempre fallar el gesto de tocar el sentido del que habla Jean-Luc Nancy. Una falla que no implica solamente un error, una falta, sino también un juicio. Es ese juicio el que en el barroco, y esto es lo que (me) resulta más atractivo del asunto, es un juicio trastornado, extravagante; un juicio des-viado que va extremando la errancia, siguiendo todas las vías, donde fallar puede ser un hallar; encuentro e incumplimiento. Fingimiento y fallo en que la apariencia impera por sobre la estructura,que pasa a ser secundaria. Despojada de su dominio afianzado en la función, resulta arrinconada por la apariencia que se eleva y se monta en la utilidad y el orden. Esta textualidad se excribe en y desde una temporalidad, no en lo atemporal de una esencialidad que con lleva un deber ser como deuda y obligación de un telos moderno. En consecuencia, señalaré la importancia del marco, pero de un marco entendido como el lugar anfibológico desde el que leeré las obras de arte, concebido como lugar que es también un no lugar, un párergon porque está con, en y contra el ergon. Este lugar indeterminado desde el que leeré no se encuentra fijo ni fijado rígidamente, está desplazándose, movilizándose permanentemente. El párergon no se encuentra dentro de la obra ni fuera de ella, se encuentra en el límite, en el borde, operando desde allí en el toque y el trastoque. ¿Dónde toca el barroco? ¿Dónde ataca? Perlongher señala que el ataque más intenso que hace el barroco ocurre el plano de la forma; forma que es superficie, que es piel, diría Nancy. Borda que aborda el desborde del borde [o borde que aborda el desborde en la borda]. Cuerpo que es(tá en) el límite. Lugar de transformación en el que se tocan y contaminan las superficies. Desde este contacto y contagio, experimentaré las textualidades artísticas ensayando, pues, cómo el gran torbellino barroco tensa y contamina todo lo que toca.es
Lenguagedc.language.isoeses
Publisherdc.publisherUniversidad de Chilees
Keywordsdc.subjectDonoso, José, 1924-1996. Casa de campoes
Keywordsdc.subjectNovela chilena--Siglo 20--Historia y críticaes
Títulodc.titleSaturando las texturas : trampas (neo)barrocas en la escritura de Casa de campo de José Donosoes
Document typedc.typeTesis


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