Abstract
Los desafíos que enfrenta la fruticultura chilena
son múltiples y complejos. Por nombrar
sólo tres de los más apremiantes: falta de variedades
que satisfagan a los requerimientos
de los mercados distantes, la escasez de mano
de obra, en número y calificación, y las condiciones
agroclimáticas adversas derivadas del
cambio climático global.